viernes, 4 de septiembre de 2015

Bar Am, / Bir Am / Norte de Israel


Bar Am, en la alta Galilea
Ruinas del viejo Bar Am

Ambiente a 500 metros del Líbano

 
A pocos metros de la frontera con Líbano.

Utilicé el color sepia para lograr un toque dramático


Vieja torreta, donde estaba una pieza de artillería. 
Al fondo, sur del Líbano.

Aniversario de la creación del Estado de Israel

Sur del Líbano. Cultivo de manzanas.
Fotografía: Ricardo Ferrer Espinosa

Cementerio de los Cristianos Maronitas de Galile.
Kafr Bir’am, era una localidad maronita en el norte de Israel. Ahora, en ese lugar, hay un kibbutz, Bar’Am.

Es un relato doloroso:
Y esto sucedió justamente ayer, durante la visita (políticamente delicada) que hizo Béchara Räi a la localidad de Kafr Bir’am, que era una localidad maronita en el norte de Israel. Ahora, en ese lugar, hay un kibbutz, Bar’am. Los maronitas de Kafr Bir’am (que en 1948 eran alrededor de 800) fueron convencidos por el ejército israelí para que abandonaran el país. Habrían debido volver pocos días después. Pero los días se convirtieron en meses y los meses en décadas. En 1953 Kafr Bir’am fue destruida (solo quedan en pie una Iglesia y una pequeña escuela adyacente). Pero los descendientes de los habitantes de Kafr Bir’am, que viven a algunos kilómetros de distancia, van a sepultar a sus muertos en el pequeño cementerio del lugar y celebran matrimonios y otros ritos en la Iglesia. Y están luchando legalmente desde hace varios años para poder volver y reconstruir su pueblo. Y ganaron el litigio en la Suprema Corte de Israel, pero el gobierno todavía no pone en práctica la orden de la corte. Béchara Räi presidió una procesión y guió la oración de sus fieles en las ruinas de la pequeña localidad, en donde prometió que se habría comprometido para que, después de 65 años, los maronitas pudieran regresar a su tierra. «Estamos con ustedes –dijo–, queremos hacer todo lo posible para ayudarles». Pero, puesto que no se puede dirigir directamente a Israel, que es, formalmente un país enemigo, afirmó que escribirá una carta a Papa Francisco en la que le pedirá que la Santa Sede intervenga ante el gobierno israelí con la esperanza de que la sentencia se haga realidad. 
En:  


05/29/2014 

Israel; el difícil (e histórico) viaje de Béchara Räi entre los cristianos libaneses

http://vaticaninsider.lastampa.it/es/

http://vaticaninsider.lastampa.it/es/en-el-mundo/dettagliospain/articolo/israele-israel-israel-libano-lebanon-libano-34438/ 
 

Línea de frontera con Líbano.


Bar Am: Paseo al Mar Rojo 

Bar Am: fiesta romana. 

Bar Am, Galilea en primavera.

Sin palabras.
 
Retomo completo este informe por su enorme valor histórico, 
de consecuencias geopolíticas y humanas:  

5/29/2014 

Israel; el difícil (e histórico) viaje de Béchara Räi entre los cristianos libaneses

http://vaticaninsider.lastampa.it/es/

http://vaticaninsider.lastampa.it/es/en-el-mundo/dettagliospain/articolo/israele-israel-israel-libano-lebanon-libano-34438/ 

Gracias a la visita de Francisco, el Patriarca maronita pudo entrar a un estado con el que su país, Líbano, está formalmente en guerra

Marco Tosatti Roma
Desde 1948, desde la primera Guerra de Israel, un patriarca libanés no pasaba esa frontera. La presencia de Papa Francisco en Jerusalén creó la posibilidad (aunque entre varias polémicas) para que el patriarca maronita Béchara Räi entrara a Israel, un estado con el que su país, Líbano, está formalmente en guerra. Que Béchara Räi sea un personaje incómodo para muchos lo indica el arresto, por parte de los servicios de seguridad libaneses, de un hombre que habría confesado formar parte de un grupo que planeaba asesinar al carismático líder de la Iglesia maronita. El partido filo-iraní Hezbollah, uno de los principales actores políticos en el escenario libanés, dijo que había habido «repercusiones negativas» por el viaje de Räi a Israel. Sin embargo, el patriarca maronita se adjudicó varios puntos a su favor. Entre ellos hay que destacar el derecho de la Iglesia libanesa a estar presente en Jerusalén y en Tierra Santa, a pesar de los factores bélicos y políticos. Y de hablar en nombre de su rebaño.


Y esto sucedió justamente ayer, durante la visita (políticamente delicada) que hizo Béchara Räi a la localidad de Kafr Bir’am, que era una localidad maronita en el norte de Israel. Ahora, en ese lugar, hay un kibbutz, Bar’am. Los maronitas de Kafr Bir’am (que en 1948 eran alrededor de 800) fueron convencidos por el ejército israelí para que abandonaran el país. Habrían debido volver pocos días después. Pero los días se convirtieron en meses y los meses en décadas. En 1953 Kafr Bir’am fue destruida (solo quedan en pie una Iglesia y una pequeña escuela adyacente). Pero los descendientes de los habitantes de Kafr Bir’am, que viven a algunos kilómetros de distancia, van a sepultar a sus muertos en el pequeño cementerio del lugar y celebran matrimonios y otros ritos en la Iglesia. Y están luchando legalmente desde hace varios años para poder volver y reconstruir su pueblo. Y ganaron el litigio en la Suprema Corte de Israel, pero el gobierno todavía no pone en práctica la orden de la corte. Béchara Räi presidió una procesión y guió la oración de sus fieles en las ruinas de la pequeña localidad, en donde prometió que se habría comprometido para que, después de 65 años, los maronitas pudieran regresar a su tierra. «Estamos con ustedes –dijo–, queremos hacer todo lo posible para ayudarles». Pero, puesto que no se puede dirigir directamente a Israel, que es, formalmente un país enemigo, afirmó que escribirá una carta a Papa Francisco en la que le pedirá que la Santa Sede intervenga ante el gobierno israelí con la esperanza de que la sentencia se haga realidad.


Béchara Räi declaró que su visita, para acompañar al Papa en su peregrinaje, era de carácter espiritual. Y, efectivamente, no hubo ningún encuentro con políticos israelíes. Pero el Patriarca hizo otra visita llena de significado. Se reunió en Cafarnaúm, en donde también hay una Iglesia maronita, con los libaneses que militan en el Ejército del Sur del Líbano (SLA), al lado de los israelíes, y que en 2000 siguieron con sus familias a los militares de Israel cuando abandonaron la “aventura” libanesa.


Hoy en día, en Israel, viven alrededor de 10 mil maronitas, y casi un quinto pertenecen al SLA o son sus familiares. En el Líbano los consideran traidores (aunque los que vuelven a su patria son castigados con penas muy ligeras). «Es la primera vez que una figura libanesa de relieve viene a Israel y nos escucha», declaró a la radio israelí Julie Abu a-Raj, la vocera de la comunidad. «Somos una comunidad exiliada que ha sido víctima de la política, histórica y geográfica, de una guerra ajena en nuestro país. Queremos decir al gobierno libanés que no continúe con los procesos y las investigaciones en nuestra contra, pues somos los únicos que somos leales a su identidad».

El viaje de Béchara Räi todavía no concluye y en el programa hay otras etapas importantes: Haifa, Jish, Acre y Nazaret. Regresará el próximo sábado, a través de la frontera con Jordania.

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